Al tachu, una gloria del Metegol Baraderense
El estudio de las almas de quienes frecuentaron la fundi, sería digno objeto para la entomología. El cientifico observará que la avidez depredadora de los hábiles para el naipe fomenta que el distraído mire de reojo y sin confianza.
Descubrirá tambien que no hay nada que se puede hacer con la melancolía del que solo busca abrazar amigos con callados ojos, y que para colmo carece de muñeca para el metegol.
Pero lo que ningún observador podrá no ver, es que solo la lealtad de aquel que, pudiendo ser campeón en otras compañías le busca lugar en la retaguardia, le arranca una sonrisa leve, suave como las formas con que los hombres se dicen que se quieren.
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