martes, 7 de abril de 2009

Desencuentro

El blog es mío y de todos modos me siento en la obligación de disculparme. Lo que sigue no es un escritin y, por supuesto, no es de mi autoría. Pero si puedo decir que es mío, me lo regalo Cátulo Castillo aunque el no lo vaya a saber nunca (aunque supongo que lo intuyo). Imaginen la voz del Polaco y dejense llevar por la poesía. Y lloren como machos.


Estás desorientao, y no sabés
que trole hay que tomar/ para seguir,
y en éste desencuentro con la fe
querés cruzar el mar y no podés.

La araña que salvaste te picó,
que vas a hacer,
y el hombre que ayudaste
te hizo mal dale nomás,
y todo el carnaval,
gritando pisoteó
la mano fraternal, que Dios te dio.

¡Qué desencuentro!
Si hasta Dios está lejano,
llorás por dentro,
todo es cuento, todo es vil,
en un corso a contramano
un grupí trampeó a Jesús
no te fíes ni de tu hermano
se te cuelgan de la cruz.

Quisiste con ternura y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón,
se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón.

Amargo desencuentro
porque ves que es al revés
creíste en la honradez y en la moral,
¡qué estupidez!,
por eso en tu mortal fracaso de vivir,
ni el tiro del final,
te va a salir.