
al silencio divino
declama:
Lo más duro
de ser sin dios
no es tanto
la falta de absolutos
o la sensación
de andar en noche
sin estrellas
como la convicción
de quedarse
sin findelmundo
que nos salve.
de ser sin dios
no es tanto
la falta de absolutos
o la sensación
de andar en noche
sin estrellas
como la convicción
de quedarse
sin findelmundo
que nos salve.