domingo, 26 de agosto de 2007

El Subco


A las 16:45 la radio lo arranco de la siesta.
- Gallardo, ¿me copias?.
Antes que el durmiente pudiera retomar el control de su cuerpo, el otro estallo.
- Gordo, me cago en tu alma. ¡Despertate!
Sin incorporarse, el subcomisario cazó la radio y respondió con voz pastosa.
- ¿Se puede saber que mierda pasa. Gimenez? ¡Mas vale que sea importante!
Nomás soltar el pulsador, recibió la noticia como una descarga.
- Hay un 168 en el "Tu y Yo", el jefe te quiere ya ahí.

A las 17:30 Gallardo llegó al Hotel Alojamiento con la respiración agitada tras recorrer de a pie las tres cuadras que lo separaban al lugar del hecho, y después de lidiar media hora con el arranque de su patrulla. Apenas logró abrirse paso entre la manada de curiosos, se topó de frente con la cámara y el micrófono que le aseguraban sus cinco minutos de fama (los otros diez son puro cuento). Mientras se preguntaba como es que hacen los periodistas para llegar siempre antes que el, despacho al cronista con un lacónico: "No coments".
Luego se zambulló al interior del albergue en donde lo recibió el Vicente, a quien conocía de cuando pasaba a buscar el diezmo policial. Mientras caminaban por los pasillos, el conserje lo puso al tanto de lo ocurrido.

A las 18:10, tras tomar un suculento refrigerio en la cocina del hotel, ingresaba a la escena del crimen que, a esas alturas, estaba mas concurrida que un cine continuado a la hora del almuerzo. En la bañera todavía burbujeante flotaba el cuerpo desnudo de una adolescente. Al verla, se dijo a sí mismo "lástima, estaba buena la occisa". Luego se sentó en la cama para tener una visión mas completa de la situación (y para descansar las piernas).

A las 19:25 escucho entrar al forense, se puso de pie y, tras limpiarse el sudor con las sabanas, le extendió una mano que aquel ignoró deliveradamente.

A las 22:35 había terminado de tomar las declaraciones de los testigos. Mandó al cabo Rodriguez a buscar una de muzza y se dispuso a reunir las piezas del rompecabezas que se esparcían, redondas, frente a sus ojos.

viernes, 24 de agosto de 2007

Manifiesto Anti Progre


(Porque en lo progre se esconde lo Pro)

Ser progre es autoproclamarse
inteligente, solidario y utópico.

Ser progre es reconocerse
superior, generoso, magnánimo;
parte de una minoría
bienpensante y preocupada
por los demás. En suma,
creerse moralmente superior.

Ser progre habilita
la crítica y el disconformismo,
y a usar el dedo inquisidor.

Ser progre implica
vestirse feo, usar pullovers
de alpaca, jeans gastados,
zapatos de gamuza. Es
adoptar pose y discurso.

Ser progre significa pensar
que el mundo esta al reves
discursear en clave rebelde,
escribir monografias, ganar becas.
Ser progre es buen negocio.

Ser progre importa
preocuparse por la cultura;
ir al cine y al teatro
sin disfrutar, para
a la salida comentar el sentido
de lo que allí se dijo sobre
lo decadente que es
el Burgues Way of Life.

Ser progre es creer
que se sabe
que es lo mejor para la gente,
hablar en nombre de los obreros
sin conocer a ninguno;
buscarse un trabajo en el estado
y no ensusiarse nunca las manos.

Ser progre es ser
un revolucionario,
pero de cotillón.

Lo se porque soy uno de ellos.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Verás más penas y olvidos

Despertar.
Desayuno. (algunos no).
Traje. Auto caro. Radio. Música Funcional. Diario. Business. Toga. Tranza.
Tren suburbano. Subte. Apretujado. Apoyada. Pungueado. Vendedor Ambulante. Tullido falso. Laburante. Roña. Estación. Hormigas.

Taxistas. Tenderos. Oficinistas. Bondiseros. Fascistas. Disfrazados. Progresistas.

Hambre. Hora de comer. Cumbia orillera.

Transito. caos. Marcha. Policía. Fumando en una esquina.

Hora de volver. Ensardinado. Embotellado. Pizza de parado.

Después.
Los que no cuentan. Mugre. Cartoneros. Gente abrigada, por el frío de agosto.
Otros comen. Restoranes caros. Cine. Teatro. Tanguerías. Turistas. Luces.

Soñé Buenos Aires.

Saudades


Me siento, serio
exiliado.
Desconozco las cosas
que me hacían reír.
Se fue
no creí que pasaría,
no a mi.
Miro, con los ojos
bien dormidos
como se aleja la maravilla.
Desde que no veo a los indios
allá adelante
no puedo volver
a la calesita.

viernes, 10 de agosto de 2007

Desamor

Tras el derrumbe
solo hay las huellas
del viejo edificio
en las paredes que enmarcan
mi alma baldía