
Tu recuerdo me asaltó nomás entorne los ojos. Me vi explorando con trajecito Livingstone, perdido en la espesura de tu leonina cabellera, luchando para abrirme paso, saltando de pelo en pelo, hasta zambullirme y nadar en tus ojos (cristalinos), para despúes dejarme devorar por tus abismos (húmedos).
Y estuve así, amniotizado, hasta que ví mi sueño profanado por un empleado de uniforme que, no muy amablemente, me notifico que esta prohibido flotar en la cola del banco.
Y estuve así, amniotizado, hasta que ví mi sueño profanado por un empleado de uniforme que, no muy amablemente, me notifico que esta prohibido flotar en la cola del banco.