sábado, 25 de octubre de 2008

Intelectuales

Nadie que hable
seriamente por futbol
merece respeto,
afirma Sebrelli.
Un hombre bajito,
con cara de poca concha
y peores amigos,
que se deja ver por la tarde
en el cafe splendid ateneo
- Bien cerca el bambino,
mantecoso convicto
indultado por obra y gracia
de su majestad La Pelota.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si yo filmaría y necesitara a un sepulturero llamaría a Sebrelli, sin duda. Qué cara! Mira una pelota y la marchita.

Buenísimo!!!

Cristina dijo...

Sebrelli y el bambino en el ateneo splendid!!Vidas paralelas jaja!!Nuestra ciudad nos encuentra no juntos, peros sí revueltos